6 de agosto de 2010

Sobre mensajes y mensajeros
Este texto surge a partir de las preguntas y dudas de algunas personas que nos acompañan los primeros sábados en la Oración del Jardín Fátima. Muchos preguntan sobre los mensajes y mensajeros que hablan sobre “el fin del mundo”. Sabemos que los mensajes y las profecías son expresiones del Espíritu Santo de tipo “sobrenatural”; estas manifestaciones nos conmueven y facilitan el acercarnos a Dios, pero no son el fin último. Son tan solo un paso en la conversión, un momento espiritual que en el tiempo hay que madurar.

San Pablo en el libro de los Corintios Cap.13, describe algunos de estos dones: la palabra de sabiduría, de ciencia, don de sanación, discernimiento de espíritus, tipos e interpretación de lenguas. La conclusión del texto es que los dones nos enseñan una realidad parcial sobre el poder de Dios, porque ese Poder es infinito y que solo cuando estemos en la presencia de Dios, veremos su real grandeza.

El fin de un carisma o don del Espíritu Santo
Las manifestaciones del Espíritu Santo nos deben llevar siempre a un cambio de vida que se evidencie en la adquisición de virtudes y el abandono de los vicios. San Juan de la Cruz padre espiritual de personas con especiales carismas como Santa Teresa de Ávila, explicaba que estos regalos pueden en algún momento alejarnos más que acercarnos a Dios, si al vivirlos estamos llenos de orgullo y de vanidad. Explica San Juan de la Cruz que es mejor optar por un camino espiritual en el que busquemos una cercanía con Dios desde la renuncia a nuestros propios deseos e intenciones y evitemos el reconocimiento social y los placeres de nuestros sentidos. Ese será un camino firme en la fe.

De lo contrario, el seguir años y años detrás de las emociones que producen las manifestaciones, mensajes y carismas, nos conducirá a una fe “light”, improductiva, sin obras concretas de amor, como las obras de caridad o sin conversiones de las personas más próximas a nosotros.

Por sus frutos los conoceréis Mateo 7.16:
Los carismas y dones del Espíritu Santo deben conducir a obras concretas. Estas obras y misiones apostólicas toman mucho trabajo, demandan de una comunidad horas de servicio, fatigas e incluso experiencias adversas. Por esta razón es tan importante que en este tiempo respetemos las misiones de grupos y comunidades ya construidas. Cada “mensajero” de Dios tiene un trabajo específico que él mismo no puede cambiar e incluso en el que no puede ser reemplazado por otro, aún cuando muera. A cada quien se le asigna una función o tarea que es acorde a su fortaleza espiritual, a sus cualidades personales e incluso a sus defectos como ser humano.

Frente a los mensajes Apocalípticos
Actualmente se observa con preocupación, la tendencia de laicos al seguir mensajes y mensajeros con profecías sobre eventos futuros, que llevan más hacia la desesperanza y a la confusión.

Los mensajes que vayan en contra de los textos Bíblicos y de la tradición de la Iglesia son falsos. Los mensajes que nos digan que debemos odiar a alguien o algún grupo de personas son falsos, los mensajes que digan en público los defectos y errores personales de alguien son falsos. Los mensajes de Dios, así como el contenido del Evangelio expresan siempre: ESPERANZA Y MISERICORDIA.

Los mensajes verdaderos de Dios algunas veces han contenido expresiones “fuertes” como en Fátima y La Sallette. Esto no les resta veracidad ya que sus profecías se han confirmado en el tiempo.

El tiempo y la oración nos enseñan a discernir el contenido de los mensajes. Es nuevamente la gracia del Espíritu Santo la que nos ayuda a reconocer aquello que es bueno y aquello que no viene de Dios.

Si el mensaje tiene errores ¿Es del demonio?
El demonio suele engañarnos y confundirnos por medio de falsos profetas y falsos mensajes. Su propósito, hacer que las personas pierdan la fe. Por esta razón las comunidades de oración deben vivir en gracia, frecuentar los sacramentos y sobretodo reconocerse por su humildad, ya que Satanás nos destruye y divide por nuestro orgullo.

Los errores de los mensajes pueden deberse también a fallas humanas y revelan la naturaleza de aciertos y desaciertos de cualquier persona. Sin embargo cuando el instrumento tiene un guía espiritual sacerdotal, vive en gracia continua y recibe el apoyo de su comunidad, el carisma se depura como también el mensaje.

El apoyo de una comunidad de oración hacia quien tiene carismas y dones debe tener un justo balance. Vemos que muchas veces son los mismos grupos de oración que enaltecen y ensalzan a las personas haciéndoles perder la consciencia y percepción real de sí mismos. Pero también vemos comunidades de oración que por falta de discernimiento abandonan, atacan, expulsan e incluso reemplazan a sus “instrumentos”. Siendo estos actos, ofensas al Corazón de Jesús y al de María. Incluso estas acciones pueden acabar con la fe de las personas.

Un ejemplo es el de Miguel Angel Poblete, vidente de Chile. Cuantas lágrimas y sufrimiento vivió él por la persecución de quienes años atrás lo trataban con exagerada veneración para terminar muriendo solo, enfermo y pobre.

Oremos entonces todos para que en este tiempo Dios una a su pueblo, que el Espíritu Santo nos dé un carisma de fraternidad, sabiduría, paz y oración. Que las gracias abundantes de Dios sobre nosotros, nos permitan ser humildes, aceptar y corregir nuestros errores personales y de comunidad.

Paz y bien.

MONICA SANDOVAL