9 de julio de 2011

Nuestra Señora de Chiquinquirá. Patrona de Colombia

Hace cuatro siglos Antonio de Santana, encomendero de Suta y Chiquinquirá, le pidió al español Alonso de Narváez (h. 1560) que pintara una imagen de la Virgen del Rosario, para ponerla en una capilla.
La pintura se hizo sobre una tela de algodón indígena, Alonso de Narváez usó colores al temple, realizó una imagen de la Virgen del Rosario con el Niño Jesús, y a los lados puso al Apóstol San Andrés y a San Antonio de Padua.
El cuadro estuvo diez años en la capilla que tenía Antonio en Suta, pero la capilla tenía el techo de paja, y la humedad dañó la pintura hasta dejarla borrosa.
La imagen fue llevada a Chiquinquirá, pero se encontraba en tan mal estado que fue abandonada en un cuarto, habitación que tiempo atrás había sido usada como oratorio.
En 1586, María Ramos, nacida en Sevilla (España), reparó el viejo oratorio y colgó en el mejor lugar de la capilla, la deteriorada pintura de la Virgen del Rosario.
El día 26 de diciembre de 1586, María salía de la capilla, cuando pasó frente a ella una mujer indígena llamada Isabel y su pequeño hijo. En ese momento Isabel grito a María "mire, mire Señora..."
Ella dirigió la mirada hacia la pintura, la imagen aparecía rodeada de rayos y resplandores, prodigiosamente los colores y su brillo original había reaparecido, mientras que los rasguños y agujeros de la tela habían desaparecido.
Por esta razón se inició la devoción a Nuestra Señora de Chiquinquirá.

La Virgen de Chiquinquirá es también la patrona de algunos estados en Venezuela, y de la ciudad de Caraz,  en Perú. En 1709 un barrio humilde de Maracaibo llamado El Saladillo, una mujer trabajaba lavando ropa en las orillas de la laguna de Coquivacoa cuando una tablita llego a sus manos. La recogió usándola como tapa para la tinaja de agua. A la mujer le pareció reconocer en la tablita una imagen muy borrosa de tipo religioso y por reverencia la puso en una de sus paredes. El martes 18 de noviembre de 1709 sestaba ocupada trabajando, por lo que no prestó atención a una serie de golpes que se escuchaban en la pared donde estaba colgaba la imagen. Los golpes se escucharon de nuevo, pero ella no se movió. Sin embargo, a la tercera vez, se dirigió al lugar de donde venían los golpes y sorprendida vio cómo en la tablita se apreciaba claramente la imagen de la Virgen de Chiquinquirá y salia de ella una luz brillante.